Cómo purificar a una Persona Enferma

(basado en los Veredictos Islámicos de un Grupo de Sabios. P.1/173-174, por el Sheij Ibn Uthaimín)

  • El paciente debe utilizar agua para purificarse (tanto en el wudu’ como el gusl).
  • En caso de que no pudiese usar agua por falta de capacidad o miedo de agravar su dolor o enfermedad, debe realizar el Taiammum si es posible.
  • Si no puede purificarse por sus propios medios, lo puede ayudar otra persona a lavar las partes del wudu’, o limpiando su rostro y manos con tierra en el caso del Taiammum.
  • Si el paciente tiene herida alguna de las partes del wudu’ o gusl, debe mojarlas con agua. Si el agua le causa daño en estas zonas en particular, debe sólo humedecerlas; y si esto también pudiere afectarles, puede realizar el Taiammum sobre la herida.
  • Si tiene algún hueso roto, enyesado, con vendas o una férula, debe mojar la cobertura con agua. No es necesario que realice la ablución en esas partes ya que el mojarlas de esta forma es correcto.
  • Para efectuar el Taiammum puede pasar sus manos sobre una pared o cualquier otra superficie que tenga polvo. Si la pared está recubierta de algún material diferente al del piso, por ejemplo pintura, no debe utilizarla para el Taiammum a menos que tenga un poco de polvo.
  • Si no se puede llevar a cabo el Taiammum con la pared o cualquier objeto con algo de tierra, se puede colocar un poco de tierra en un recipiente o papel y así disponer de ella.
  • Si hace el Taiammum para una oración y mantiene esta purificación (no hace nada que la invalide) hasta el tiempo del próximo rezo, puede realizarlo con el mismo Taiammum ya que todavía tiene pureza ritual y no la ha anulado.

  • El paciente debe limpiar la suciedad y cualquier impureza de su cuerpo. Si no lo puede hacer, debe rezar como se encuentre, y su oración es válida, sin necesidad de repetirla posteriormente.
  • La persona enferma debe vestir ropa limpia para rezar. Si se ensucia o tiene alguna impureza, debe limpiarla o reemplazarla; si esto no es posible, puede rezar en el estado en que se encuentre y sin la necesidad de repetir la oración más tarde.
  • El paciente debe hacer la oración en un lugar limpio. Si el lugar se ensucia o se torna impuro, alguien debe asearlo (o cambiarlo, en caso de que fuese una alfombra, por ejemplo), o bien puede colocar algo limpio encima. Si no hay posibilidad de hacer esto, su oración seguirá siendo válida y no tiene obligación de hacerla nuevamente.
  • No está permitido que el doliente demore una oración más allá de su horario prescrito por inhabilidad de purificarse. Lo que debe hacer en tal caso es limpiarse lo más posible y rezar dentro del tiempo establecido, por más que tenga en su cuerpo, ropa, o lugar alguna suciedad que no pueda eliminar.

Aquella persona que sufre de incontinencia urinaria y no logra curar su mal a pesar del tratamiento que lleve a cabo, debe repetir la ablución para cada rezo. En necesario que se deshaga de cualquier materia impura en su cuerpo, y cambiar la ropa que se ensucie si es posible; en caso contrario, no tendrá la obligación de realizar tal cambio. También debe cuidar que no llegue orina a su vestimenta, cuerpo o lugar de rezo. (Veredicto Islámico de un grupo de sabios. P.1/1173 – Sheij Ibn Baz)